sábado, 26 de junio de 2010

TRABAJO INTERNET - GUILLERMO GIACOSA

TRABAJO INTERNET Y NUEVOS MEDIOS PERIODISTICOS

GUILLERMO GIACOSA

PRACTICA 4 - ISIL - PERIODISMO DEPORTIVO

TRABAJO INTERNET - EDICION VIDEO - GUILLERMO GIACOSA

Trabajo edicion de video
Internet y nuevos medios periodisticos
Practica 4
ISIL - PERIODISMO DEPORTIVO
Guillermo Giacosa

viernes, 25 de junio de 2010

Vicente Leguina campeon del Superbike Perú 2010

El chileno Vicente Leguina vencio en la primera fecha del Campeonato de MotoVelocidad en la categoría Superbike, que se disputó en el nuevo autódromo limeño de La Chutana ubicado al sur de Lima.

Leguina se quedo con la pole position al conseguir el mejor tiempo tras recorrer los 2.420 metros del circuito.

Vicente Leguina by Gonzalo1504

Leguina enfrentó con mucho optimismo las dos mangas programadas a 15 vueltas al circuito para la categoría Superbike. Pero la faena no fue fácil para el chileno, ya que debió de batallar bastante para alcanzar la victoria.

Campeonato de Super Bike

Vicente Leguina by Gonzalo1504

lunes, 21 de junio de 2010

Vicente Leguina

Vicente Leguina triunfo em la copetencia de moto velocidad


http://soundcloud.com/gonzalo1504/vicente-leguina

domingo, 20 de junio de 2010

Un triunfo Soberbio y sorpresivo

La cosa estaba un poco difícil de determinar, o Alemania era un candidato firme para el título o Australia tenía la misma habilidad que un canguro boxeador para mesero. Parece que era un poco de las dos. La segunda presentación del equipo de Loew estaba obligada a reeditar la efectividad y claridad mostrada hasta el momento. Pero en los mundiales no solo se juega en el campo. También se enfrentan identidades, el peso de la historia de los hombres y de las naciones. En el momento donde las nacionalidades interpretaban el mundo teológicamente se evocaba a un custodio de su propio porvenir para garantizar la continuidad de cada pueblo. A este custodio lo llamaron el ángel de las naciones. Sea un ánima divina o el peso de los acontecimientos hilvanados por los hombres en la lid, en la batalla o en el juego, se evidencian las formas de expresión de una colectividad, los temores y rezos


Alemania había hecho gala de toque, balance y de tener una delantera mortal. La ansiedad de Klose por ser el máximo goleador de los mundiales y la ambición de un equipo que había perdido a su referente, al nuevo Káiser, Ballak (como lo fueron Bekhembawer, Effemberg y Mathaus en su momento), lo llevaron a un ritmo endemoniado en su primer partido. Ya sea como respaldo a su compañero ausente, como el motín de las individualidades o como la sensación de liberarse del tirano. Porque Alemania siempre piensa en grande, en imperio, en el águila bicéfala de Roma, pero sobretodo… es especialista y cuidadoso para mantener su posición soberana. Cuando a Alemania le dan el lugar de privilegio que siempre reclama como reservada para su estirpe aria no tendrá misericordia con el conquistado. Australia lo miró hacia arriba en todo momento y fue lanzada al Gueto de los goleados, a la cámara de asfixia donde quedan aquellos cegados por el pasado del imperio romano germánico, o el recuerdo de la esvástica como imágenes hechiceras. El reino del hipnotismo, de la tiranía o la efigie reluciente del poder.


Pero esta vez tenía en frente a unos de los locos de la guerra. Si hay alguna nación que ha hecho de su historia una eterna guerra esa es Serbia. El partido simplemente fue de trámite discreto. Una Alemania esperando le rindan pleitesía o dejando que la camiseta alba hiciera el trabajo atemorizante esperando el invierno de la templanza serbia. Que nunca llegó. Ellos están acostumbrados a la onda de David. Siempre en medio de las disputas, en medio de ideologías apasionadas, tierra de 17 emperadores romanos, amigos de Bizancio, luego del sacro imperio romano germánico para luego ser enemigos de los otomanos, de quienes se liberaron junto a los rusos. Alguna vez fue imperio también, alguna vez fue parte de la locura nazi, de la utopía de de la Yugoslavia de Tito y luego verdugo cruel de sus hermanos de Kosovo para terminar el ciclo. Serbia esperó y esperó, como en toda su historia, a que la locura del gol perdiera a Klose y saliera del campo tempranamente. A que la ausencia del Kaiser dejara huérfanos en la dificultad al equipo alemán y con la misma sabiduría con que han sabido manejar las pasiones de su nación, llevar a la arena al guerrero alemán sin general. Donde el águila de Serbia aún es bicéfala para dar cuenta de las entrañas de la identidad germana, ahí donde parecía ser divina e inmortal la grandeza del ángel alemán, el espectáculo de la caída de un grande se hace majestuoso. Sabiendo a donde va, defendiendo con orden, con la pretensión de solo manejar el juego, saber agazaparse y esperar sacar la garra para enviar el golpe letal. La caída libre era inminente, ni siquiera el penal lo salvaría. Al final Loew padecía la frustración del soberbio mientras bailaba a ritmo de Goran Bregovic su propio ángel y un ebrio hincha serbio.